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domingo, 15 de enero de 2017

Río revuelto

La agitación social que estamos viviendo en el país no sólo deja en evidencia la impericia gubernamental para conducir la nave, también pavimenta el camino a la postura mesiánica del líder absoluto de Morena, que promete "rebelión pacífica en la granja" y bienestar para todos, pues a decir de él, acabará con la corrupción y la violencia. A río revuelto, ganancia de López Obrador.

Toda crisis es también momento de oportunidades y, ante la pregunta presidencial de "¿qué hubieran hecho ustedes?" hay muchas respuestas; expongo una que me compartió el ex secretario de Economía, Sergio García de Alba, y que apunta a implementar una miscelánea fiscal con fuertes incentivos a la inversión productiva y generación de empleos, incluyendo de manera preferencial a las PYMES y, muy importante, a la inversión de paisanos deseosos de regresar a México ante un inminente clima hostil en Estados Unidos (alimentado por las amenazas y agresiones de Trump y sus seguidores), y también incentivos a la repatriación de capitales. Nada de esto se avizora como medidas paliativas a la tormenta económica y social que amenaza este agitado 2017.

Se entiende que la liberalización de los precios implica la eliminación de subsidios, lo que en teoría es sano para las finanzas nacionales. También entendemos que los precios de las gasolinas tengan que subir si suben las materias primas. Pero el creciente descontento social no se acaba con entender esto. El malestar acumulado de la sociedad mexicana se debe también a que sabemos que nuestros gobiernos han sido tremendamente despilfarradores de nuestra supuesta riqueza petrolera, patrimonio que ha servido para hacer multimillonarios a muchos políticos y líderes sindicales, y ha permitido cubrir ineficiencias gubernamentales a todos los niveles. El enojo de la sociedad es porque sabe que la clase política no se ha apretado el cinturón y se percibe que, aunque haya habido recortes al gasto, no ha puesto lo suficiente de su parte.

¿Qué hubiéramos hecho? Pues además de una reforma fiscal que promoviera la inversión, la generación de empleos y nuevas empresas (en lugar de una recesiva como la que impulsó el aprendiz de canciller Videgaray), hubiéramos recortado más el gasto de la clase política que sigue gozando de privilegios inmorales para la situación del país, también por supuesto hubiéramos impedido que líderes de dudosa condición moral llegaran a ser gobernadores en lugar de presumirlos como modelo de los nuevos priistas; y ya, ante las múltiples evidencias de sus raterías, hubiéramos actuado antes de que se escaparan dejando en ridículo al gobierno. Y si le seguimos, no hubiéramos hecho tratos dudosos con constructoras que dieran casas blancas y tampoco hubiéramos nombrado como fiscal para investigar si hubo o no corrupción por parte del Presidente, a uno de sus títeres, sino que hubiéramos nombrado a un fiscal con verdadera independencia.

Y volviendo al tema del gran beneficiado por la "rebelión en la granja", recientemente declaró en televisión varias cosas que lo convierten en un oxímoron de la política. Dijo AMLO que no es parte del sistema político, ¿cómo? si recibe dinero público y tiene un partido político inscrito bajo las normas del sistema político mexicano. Dijo también "vamos a hacer valer el Estado de Derecho", ¿cómo? si ya anunció que está a favor de la impunidad, pues habrá "perdón, pero no olvido" a los corruptos, ¿será que ya pactó con ellos? Habrá que recordarle a AMLO las palabras de Ayn Rand: "Piedad por el culpable es traición al inocente". Y también dijo que "soy un demócrata, no creo en el pensamiento único, no soy autoritario", ¿cómo? si todos sabemos que donde milita nada más su voz manda, si cuando alguien difiere de él es acusado de orquestar un complot. Y qué tal esta joya del mesianismo más encarnado: "Se puede ser feliz buscando la felicidad del prójimo y ése es mi trabajo", ¿cómo? si ha demostrado que no le ha importado afectar a terceros en su trayectoria política.

Hago votos porque en este año los líderes del gobierno y sus aprendices pregunten primero a los que saben antes de soltar un "¿qué hubieran hecho ustedes?", y porque con sus pifias no sigan allanando el camino al populismo mesiánico. Lo que está mal siempre puede ir peor.

La gallina de los huevos de oro

El hallazgo fue afortunado y aleccionador. Me llamó la atención una pequeña mesita de madera y la fotografía en blanco y negro, de un viejo de barba blanca con un veguero en la boca, sus manos torcían hojas de tabaco. Debajo de la imagen, un letrero, tan rústico como el empedrado del sitio, anunciaba la venta de puros. Al fin se me hacía conocer San Sebastián del Oeste, Pueblo Mágico, en la sierra de Jalisco, un lugar más cercano al siglo XIX que a la toma de posesión de un fascista moderno.

Don Raúl Bernal, el del retrato, ya murió. Su hijo, también torcedor, nos cuenta a mi esposa y a mis hijos que piensa hacer un museo para honrar a su padre quien no sólo confeccionaba puros, también hacía esculturas, navajas, forjas, herrajes y cajas de combinación. ¿Cajas de combinación? Sacó de un cuarto oscuro un objeto de madera (semejante a una caja de zapatos, pero más grande); me dio una llave y me dijo: "ábrela". Sin saber en dónde insertar la llave, miré desconcertado a mi interlocutor quien puso cara de "ahí está el detalle". El chiste era encontrar la cerradura oculta. Procedió entonces a deslizar la caja (mientras la base permanecía inmóvil) con una secuencia codificada: adelante, a un lado, adelante; luego, con la uña bajó una pieza frontal que parecía fija, y con el hueco que quedó pudo mover otra parte hasta que descubrió la cerradura. Nos sentimos parte de esas historias donde hay cajones ocultos en un escritorio, pasadizos detrás de un librero. Lo demás fue ver cómo es el proceso de fabricar puros y de ahí a una finca cafetalera donde compré el grano orgánico con el que estoy saboreando un café expreso mientras escribo.

Hace unos días se presentó el Estudio de la Política Turística de México, realizado por la OECD, en donde se recalcó la importancia de la industria turística para el país. Ante un panorama de incertidumbre con nuestro principal socio comercial y ante la predecible realidad donde el petróleo ya no es el motor de desarrollo y crecimiento, el turismo es una real alternativa para México. De acuerdo al documento, el turismo representó en 2014 el 8.5% del PIB, el 5.8% del empleo remunerado de tiempo completo y el 77.2% de las exportaciones de servicios. Varios actores coinciden que el potencial de México para consolidarse como uno de los destinos turísticos más importantes del mundo, es enorme, pero hay grandes retos.

El fortalecimiento del sector turismo implica que existan renovadas políticas públicas que aumenten la importancia (que ya se le da) a esta industria y el desarrollo de nuevos productos turísticos, el mejoramiento de la infraestructura. Implica también entender la naturaleza, las motivaciones primarias, de esta actividad nómada de los humanos. El turismo es poderoso porque está indisolublemente ligado a la cultura, a la construcción de experiencias que reflejan aspectos de nuestra biología: la emoción es el pegamento de la memoria. Por eso México es memorable.

Somos descubridores en potencia, permanentes consumidores de historias, las que nos cuentan y las que nosotros mismos nos contamos a través de las vivencias, los olores, los sonidos, las leyendas, los sabores, las tradiciones antiguas y las actuales; México está lleno de eso, ahí nuestras reservas, a diferencia del oro negro, no se agotan, se multiplican cada vez que un extranjero o un compatriota abre la boca cuando ve girando en el cielo a un volador de Papantla, cuando camina por los 7 colores del agua de Bacalar, cuando asiste a una boda en Teotihuacán en la que se quema copal y luego un "torito", cuando llega en bicicleta por las veredas selváticas hasta las ruinas de Kohunlich, cuando es atendido con la amabilidad mexicana, cuando paladea nuestras variedades de mole o de mezcal, cuando descubre a Sor Juana o visita el Museo Internacional del Barroco, en Puebla, y así, en interminables estampas donde México manifiesta su riqueza.

El potencial de este país para contar historias es enorme. No necesitamos de la ficción, las raíces mexicanas son genuinas y de interés universal. La forma como vivimos la familia, sin saberlo, es producto de exportación.

Ojalá no se nos hubiera secado la gallina de los huevos de oro. El hubiera no existe. La riqueza turística de México, sí.